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Te presentamos cinco buenas razones para reunir a tu familia todos los días y rezar juntos.
Para compartir un tiempo juntos
En estos tiempos de video-conferencias, redes sociales y mensajes instantáneos, a menudo ocurre que, mientras nos conectamos con quienes están lejos, terminamos alejados de quienes están más cerca de nosotros. Tener unos minutos al día donde podamos sentarnos en familia para rezar juntos nos recuerda que no estamos solos, que compartimos más que el espacio en el que vivimos, y es también una excelente razón para pasar unos momentos juntos en familia.
Para tener un momento de calma
Nunca falta quien opina que la oración (y en especial el rezo del Rosario) es aburrido y repetitivo. En ocasiones puede que sea así, pero la naturaleza de esta forma de oración tiene una gran ventaja: ayuda a calmar las tensiones y los ánimos. Así que si en tu hogar abundan el ruido, los gritos, las prisas o las discusiones, tener un momento para tomar el Rosario y rezarlo todos juntos, puede ser la ayuda precisa para que la paz regrese a tu familia.

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Para conocer y comprender las circunstancias de los demás
La oración nos ayuda a conectarnos con Dios; pero además, cuando rezamos juntos, entramos en sintonía con quienes nos rodean. El ambiente de oración nos ayuda a poner más atención a los gestos, actitudes y palabras de las personas con quienes rezamos; esto a su vez permite que podamos comprender de mejor manera sus emociones, dificultades, preocupaciones, etcétera. La próxima vez que reces en familia, antes de comenzar pregunta a todos por qué intención quisiera rezar cada uno. ¡Puede que las respuestas te sorprendan!
Para pedir juntos por nuestras necesidades
Toda familia atraviesa dificultades, complicaciones, obstáculos, pérdida y dolor. Al rezar juntos presentamos todas estas necesidades a Dios. Esto no sólo es importante porque pedimos a Dios la guía y sabiduría para salir adelante, sino que también nos ayuda a enfrentar estas situaciones con serenidad y paz. Cuando rezamos pidiendo en familia por estas situaciones, hallamos también la seguridad de que no estamos solos; el reconocernos acompañados nos fortalece y anima en las adversidades.

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Para crecer en comprensión, perdón y amor
“La familia que reza unida, permanece unida”. Si tu hogar ha perdido la unidad, sea por rencores, falta de comprensión, impaciencia, resentimientos, indiferencia, egoísmo o cualquier otra razón, ¡empiecen a rezar juntos! Verás que con la oración florecerán nuevamente la comprensión, el perdón, el amor y la unidad familiar.
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