
En el camino de Adviento la Virgen María ocupa un lugar especial como aquella que ha esperado de modo único la realización de las promesas de Dios, acogiendo en la fe y en la carne a Jesús, el Hijo de Dios, en plena obediencia a la voluntad divina.
El Apostolado del Rosario quiere compartir este tiempo de espera, de preparación, ofreciendo una guía para las celebraciones de este tiempo de Adviento, con la finalidad de que cada familia encienda junto a las velas de la corona, la llama de esperanza por la venida de Cristo, dispuestos a acogerlo en el hogar, a ejemplo de la familia de Nazareth.