El Bautismo de Jesús se considera otra epifanía del Señor, su manifestación ante el pueblo judío, la revelación del Mesías, el Salvador, sobre quien reposa el Espíritu Santo.
“De pronto sintieron un gran júbilo, pues vieron en medio de la luz, la figura resplandeciente de un niño. Todos se destocaron para demostrar su respeto” (Visiones de la Beata Ana Catalina Emmerich)