Cuaresma: Medicina para el corazón

“Si vemos dentro de nosotros y a nuestro alrededor que vivimos un enfriamiento del amor a Dios y al prójimo, la Iglesia nos ofrece en este tiempo de Cuaresma el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno.»

Ejercicios de Cuaresma

El hecho de dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos, para buscar finalmente el consuelo en Dios.

El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío. Me gustaría que siguiésemos el ejemplo de los Apóstoles y viésemos en la posibilidad de compartir nuestros bienes con los demás un testimonio concreto de la comunión que vivimos en la Iglesia.

El ayuno, por último, debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios.

Luz del mundo

«Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu», para que todos podamos vivir la misma experiencia de los discípulos de Emaús: después de escuchar la Palabra del Señor y de alimentarnos con el Pan eucarístico nuestro corazón volverá a arder de fe, esperanza y caridad.”

Adaptación del mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de 2018, publicado originalmente en ACI Prensa (https://www.aciprensa.com/noticias/texto-mensaje-del-papa-francisco-para-la-cuaresma-2018-82507).

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