
Algunos episodios de la vida de Santo Domingo de Guzmán
Hoy la Iglesia recuerda a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores, conocida también como los Dominicos. En este artículo compartiremos algunos momentos importantes de su vida y el significado que tienen hoy para nosotros.
Místico, pero también práctico
Domingo de Guzmán era sacerdote en el pueblo de Osma, donde tenía fama de ser un hombre de oración, formación intelectual y caridad hacia los más necesitados. «Se cuenta de él que cuando no estaba hablando de Dios, estaba hablando con Dios»*. En una ocasión sobrevino en el pueblo una gran hambruna. Domingo de Guzmán tenía las prioridades claras: decidió vender sus libros para así conseguir alimentos para los pobres.
En los momentos difíciles, busquemos la bondad de corazón, la claridad de mente y el desapego de lo material necesarios para poder realizar cualquier sacrificio que pueda ayudar al bien común y a superar las vicisitudes.
Emprendedor fiel a la verdad
Surgieron en los tiempos de Santo Domingo de Guzmán varias sectas y herejías cuyas doctrinas poco o nada tenían que ver con la enseñanza católica. Tal vez la mayoría de gente se conformaría con defender la verdad en su entorno más cercano, pero Domingo de Guzmán, por iniciativa propia y por inspiración divina, decidió fundar una Orden religiosa que hiciera frente a las ideas opuestas a la fe que emergieron en su tiempo. Además hizo énfasis en la importancia de su formación intelectual y estudios, que les darían armas para defender su fe. Fue también el fundador de la rama femenina de la Orden.
En la actualidad también existen problemas como los que enfrentó Domingo de Guzmán, ideologías extrañas y nocivas, fuertes posturas anti-católicas y males graves como la pobreza o la corrupción. ¿Somos indiferentes a estos problemas, nos conformamos con soluciones momentáneas, o buscamos propuestas que realmente hagan un cambio?

El Rosario, ayuda divina
Una de las grandes interrogantes de Santo Domingo de Guzmán era cómo enseñar a la gente a rezar de una manera sencilla y accesible, que les permitiera aumentar su devoción y conocer y contemplar la vida de Cristo. La respuesta, según se cuenta, le llegó desde el cielo, literalmente; la Virgen María se le apareció y le entregó en sus manos el Santo Rosario, que él se encargó de dar a conocer. Hoy, gracias a Santo Domingo de Guzmán, el Rosario es una de las devociones marianas más difundidas en todo el mundo.
Ese problema que te ha incomodado por tanto tiempo y que no sabes cómo resolver, ¿Lo has confiado ya a Dios y a nuestra Madre? ¡Pídeles con fe y deja que te iluminen para hallar la solución que necesitas!
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*Tomado del libro «Un ratito con los santos – Parte 1», del P. Carlos Rosell de Almeida