¡Ese cura podría ser santo…!

San Juan María Vianney

Una reflexión por la fiesta de san Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars

Los días 4 de agosto la Iglesia recuerda a San Juan María Vianney, llamado el Santo Cura de Ars. Jean-Baptiste Marie Vianney nació el 8 de mayo de 1786 en Dardilly, Francia, y falleció el 4 de agosto de 1851. Fue canonizado en 1925 por Pío XI, y es el santo patrono de los párrocos y confesores. En este artículo te contamos más acerca de su vida.

Inspirado por religiosos heroicos

La infancia de Jean-Baptiste transcurrió durante el auge anticlerical de la Revolución Francesa. Administrar los sacramentos era ilegal en la época, por lo que los sacerdotes tenían que hacerlo a escondidas y con sumas precauciones. La familia Vianney en ocasiones viajaba por horas para participar de Eucaristías celebradas en secreto por sacerdotes en constante huída. Estas experiencias causaron en el pequeño Juan una gran admiración por estos héroes de la fe.

Soldado desertor

Apenas a los 20 años su padre le dio permiso de viajar a la aldea cercana de Écully para sus estudios con el Abad Balley. No obstante, Juan Vianney fue forzado a unirse al ejército en 1809, pero una enfermedad lo eximió de tener que luchar en España. Sin embargo, poco tiempo después fue enrolado nuevamente. Se extravió de su pelotón al quedarse rezando en una iglesia, y fue conducido por otro joven a una aldea de desertores, donde pasaría 14 meses, hasta que en 1810 se concedió una amnistía a todos los desertores y pudo retornar a Écully.

Dificultades en la educación

Finalmente Juan Vianney pudo retomar sus estudios, y en 1812 fue al seminario menor, y posteriormente en 1813 lo enviaron al seminario mayor; pero tuvo que regresar a Écully porque consideraban que era demasiado lento. El Abad Balley tuvo que persuadir al vicario general del seminario de que la devoción de Vianney compensaba su ignorancia. Fue así que recién en 1815, con casi 30 años de edad, finalmente fue ordenado sacerdote.

San Juan María Vianney

El cura de Ars, confesor sin descanso

Tras la muerte del Abad Balley, el Padre Vianney fue nombrado párroco de Ars, un pueblo de alrededor de 200 habitantes. Allí, los retos fueron grandes, pues la Revolución había causado un gran daño a la vida espiritual. Tuvo que luchar contra el paganismo y la blasfemia con fervorosos sermones y homilías. Con los años, su fama se acrecentó y gente de lugares distantes viajaba sólo para recibir su consejo. Eran tantos quienes lo buscaban, que en los últimos años de su vida, pasaba de 16 a 18 horas diarias en el confesionario.

Santidad y veneración

San Juan María Vianney falleció el 4 de agosto de 1851. 300 sacerdotes y más de 6000 personas asistieron a su funeral. En 1925 fue canonizado por Pio XI, quien en 1929 lo nombró santo patrono de los párrocos. Su fiesta fue primero el 9 de agosto, pero finalmente se fijó para el 4 del mismo mes. Juan XXIII lanzó la encíclica Sacerdotii nostri primordia en el centenario de su fallecimiento;

Juan Pablo II visitó Ars en el bicentenario de su nacimiento, refiriéndose a él como un «raro ejemplo de un pastor agudamente consciente de sus responsabilidades (…) y un signo de valor para quienes hoy experimentan la gracia del llamado al sacerdocio.»

Reza por tu párroco

No importa si tu párroco es sumamente listo o algo torpe, si es muy carismático o un tanto aburrido, si es experto en temas teológicos o resuelve asuntos ante todo prácticos, ¡reza por tu párroco! Ellos día a día velan por el bienestar espiritual del pueblo que Dios les ha confiado, ¡apóyalos con tus oraciones!

Oh San Juan María Vianney,
Patrono de los párrocos y confesores;
Encomiendo en tus manos a mi párroco
y a todos los párrocos del mundo;
pide a Dios para que, al igual que en tu vida,
la gracia divina supla todas sus faltas,
y que puedan entregarse plenamente a su labor,
fortalecidos con su Espíritu y alentados por su Presencia.
Que todos los párrocos alcancen la santidad siguiendo tu ejemplo.
Amén.

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