La Dama del Monte Carmelo

Virgen del Carmen

5 curiosidades acerca de la devoción a la Virgen del Carmen

El 16 de julio la Iglesia católica celebra la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, una de las devociones más extendidas a lo largo del mundo. En este artículo te traemos cinco datos que seguro no conocías acerca de esta devoción.

1. Tuvo sus inicios en el siglo III

El monte Carmelo siempre ha sido un lugar importante para la espiritualidad judeo-cristiana e incluso para el Islam. Los profetas Elías y Eliseo, por ejemplo, le rindieron culto especial a Dios allí, y muchas personas llevaban una vida eremítica en las cuevas de la montaña. Por ello no es de extrañar que muchos cristianos también eligieran este lugar para llevar una vida de oración, penitencia y austeridad, empezando en los siglos III y IV. En ese tiempo aún no existía la devoción a Nuestra Señora del Carmen.

2. La congregación carmelita llegó a Europa con los Caballeros Cruzados

La hermandad Carmelita, llamada propiamente los Hermanos de Santa María del Monte Carmelo se habría conformado propiamente a partir del siglo XII, cuando un grupo de peregrinos devotos construyeron la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo en el valle cercano a la montaña. Sus seguidores posteriormente pasaron a Europa en el siglo XIII junto con los caballeros cruzados que habían llegado a Tierra Santa.

Entrega del Escapulario

3. La Virgen les entregó el escapulario en sus manos

Cuenta la historia que en el siglo XIII, uno de los generales de la hermandad Carmelita llamado Simón Stock (a quien se le rinde culto como santo y cuya fiesta se celebra el 16 de mayo), recibió de manos de la mismísima Virgen María el escapulario, el símbolo de dicha congregación. Es a partir de entonces cuando nace la imagen de la advocación de Nuestra Señora del Carmen: el Niño y la Madre aguantando el escapulario, la figura típica de dicha devoción mariana.

El escapulario del Carmen es el signo externo de devoción mariana, expresada en la consagración a la Santísima Virgen María, encomendándonos a su protección maternal. El distintivo externo de esta consagración es el pequeño escapulario marrón.


Lee también: Virgen del Carmen


4. El Papa le otorgó varios privilegios

El Papa Inocencio IV bendijo el hábito Carmelita, seguramente intuyendo la inspiración divina que suscitó la devoción. Decidió otorgarle varios privilegios, no sólo para los religiosos de la Orden, sino también para todos los Cofrades de Nuestra Señora del Monte Carmelo. El escapulario que llevan los laicos es la reducción del que llevan los Carmelitas (una especie de capa de tela que se viste por encima del hábito y que cubre el pecho y la espalda). Al usarlo participan de todos los méritos y oraciones de la Orden y pueden esperar de la Santísima Virgen verse pronto libres del Purgatorio al momento de su deceso, siempre y cuando sean fieles en observar las condiciones impuestas para su uso.

Escapulario de la Virgen del Carmen

5. El papa Juan Pablo II llevaba frecuentemente un escapulario carmelita

Desde el siglo XVI, cuando comienza a difundirse el uso del escapulario del Carmen en el ambiente cristiano, casi todos los Papas lo han vestido y propagado. El Papa Juan Pablo II, que fue terciario carmelita, recordó en diversas ocasiones que vestía con devoción, desde niño, el escapulario del Carmen.

“Desde mi juventud”, comentó en 2003 en Castelgandolfo, “llevo en el cuello el escapulario de la Virgen y me refugio con confianza bajo el manto de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Jesús. Espero que el escapulario sea para todos, particularmente para los fieles que lo llevan, ayuda y defensa en los peligros, sello de paz y signo del auxilio de María”.

Oración a la Virgen del Carmen

Tengo mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón maternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
Amén.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *