Nace una niña bienaventurada

San Joaquín y Santa Ana

Desde el siglo VII la Iglesia celebra el 8 de setiembre la Natividad de la Santísima Virgen María. ¿En qué consiste esta fiesta? Te lo explicamos en este artículo.

La fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen, al igual que la fiesta de la Asunción, comenzó a celebrarse en la cuna del cristianismo, es decir, en Jerusalén, y se festeja desde el siglo V. En Occidente se celebra desde los años 700, cuando fue instituida una vigilia durante el pontificado de Gregorio II.

Datos certeros, detalles inciertos

No se sabe la fecha ni la hora del día; el lugar, que podría ser Belén, Nazareth o Jerusalén, también es incierto; si hacía frío o calor, o el día era agradable, lo ignoramos. Lo que sí sabemos es el nombre de los dichosos padres: Ana y Joaquín. De ellos sí conocemos algo importante: eran una pareja piadosa, que cumplía la ley de Dios.

San Joaquín y Santa Ana

Fe en la adversidad

La tradición cuenta que Ana era estéril, lo que les causaba dolor y rechazo social. Joaquín decide retirarse a orar y ayunar al desierto. Durante ese tiempo Ana también ora, presentando a Dios el sufrimiento debido a su infertilidad. Entonces se les presenta un ángel, primero a Ana, para anunciarle que concebirá, y después a Joaquín, para darle la noticia de que será padre. Este relato se encuentra, con algunas variaciones, en el proto-evangelio de Santiago, en el Evangelio de la Natividad de María, en pseudo-Mateo y en el Evangelio armenio de la infancia, todos apócrifos.


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Prefiguración de la Anunciación

Muchos sucesos de la Biblia y la tradición tienen una relación o un paralelismo, y este es un ejemplo de ellos. La aparición de un ángel mensajero, por ejemplo, es un elemento común entre ambos, y en las dos situaciones el ángel habla de un niño por nacer. La concepción anunciada es en ambas situaciones milagrosa (una madre estéril y una mujer que no ha conocido varón).

Valor en la actualidad

Cuando Isabel y María se encuentran, esta dice en su canto inspirado por el Espíritu, “todas las naciones me llamarán Bienaventurada” (Lc 1, 48). La Iglesia ayer, hoy y siempre reconoce la dignidad especial que tuvo María, y por ello su nacimiento es uno de los 3 que la Iglesia festeja (Nacimiento de Cristo: 25 de diciembre, natividad de Juan Bautista: 24 de junio).

San Joaquín y Santa Ana

Nos alegramos con cada vida que empieza, pero de manera especial con la vida de María, elegida por Dios para ser la Madre del Salvador. Su vida nos da esperanza y nos llena de gozo, pues nos recuerda que el Señor elige a los humildes, a los pobres, a los desfavorecidos, para hacer con ellos grandes maravillas.


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