San Benito y su medalla

San Benito

San Benito de Nursia, fundador de los monjes Benedictinos, dejó un legado de disciplina y oración, y una medalla con un significado muy poderoso.

Juventud y oración

Desde joven, después de haberse formado en Roma y Enfide, decidió que no era suficiente, y a los 20 años subió al monte Subiaco para convertirse en eremita. Durante ese tiempo practicó una vida ascética muy rigurosa, bajo la guía de otro ermitaño.

Después de unos años en el anonimato, un monje lo encontró. Fue propuesto como abad de un monasterio de la región. Benito se negó muchas veces, pero ante la insistencia del monje, finalmente aceptó.

La regla de San Benito

Benito era de la idea de que la vida de oración y el trabajo eran fundamentales para la formación y guía de los monjes, y en eso basó su regla, la famosa “Regla de San Benito”. Los monjes no aceptaron fácilmente esta regla, por considerarla muy dura e imposible de seguir.

En más de una ocasión intentaron librarse de él, envenenándolo. Pero, gracias a que tenía la costumbre de hacer la señal de la cruz sobre todo lo que ingería, con fe, Jesucristo lo libró de la muerte en cada ocasión.

Medalla de San Benito

Una medalla

Su origen es muy antiguo, se dice que San Benito la recomendaba a sus discípulos para que los protegiera del mal y las tentaciones, por medio de la fe, no en la medalla sino en el poder de Jesucristo. Precisamente, la medalla se origina en la devoción de San Benito a la Santísima Cruz.

Por un tiempo la consideraron supersticiosa y esotérica, por las letras misteriosas que aparecen en ella. Pero más tarde, gracias a unos manuscritos hallados, en los que se encontraba la fórmula de una oración y el significado de las, esa idea se desvaneció.

En la parte anterior de la medalla encontramos la imagen de San Benito, sosteniendo la cruz en una mano y la regla de la orden en la otra. Dentro dice “Crux sancti patris Benedicti” (Cruz del Santo Padre Benito). Y alrededor tiene la siguiente oración: “Eius in óbitu nostro preséntia muniámur”, que quiere decir “que a la hora de nuestra muerte nos proteja tu presencia”. También encontramos la imagen de un cuervo con un pan, y una copa con una serpiente, representaciones de las dos veces que intentaron envenenarlo.

En la parte posterior encontramos la cruz, y en ella unas iniciales. En vertical: C.S.S.M.L (Crux Sácra Sit Mihi Lux – Santa Cruz se mi luz). En horizontal: N.D.S.M.D (Nón Draco Sit Mihi Dux – que el demonio no sea mi guía). Vemos también las letras C, S, P, B, que aluden a la “Cruz del Santo Padre Benito”. Alrededor, en sentido horario encontramos las letras V.R.S. (Vade Retro Satanána – Retrocede Satanás), N.S.M.V (Non Suáde Mihi Vána – No me satisfacen cosas vanas), S.M.Q.L (Sunt Mála Quae Libas – Es malo lo que me ofreces), I.V.B (Ípse Venéna Bíbas – Bebe tú mismo tu veneno), que son parte de una poderosa oración de exorcismo.

Oración a San Benito

Santísimo confesor del Señor;
Padre y jefe de los monjes,
Destierra de nuestra vida,
de nuestra casa,
las asechanzas del maligno espíritu.

Líbranos de funestas herejías,
de malas lenguas y hechicerías.

Pídele al Señor,
remedie nuestras necesidades
espirituales y corporales.

Pídele también por el progreso de la santa Iglesia Católica;
y porque mi alma no muera en pecado mortal,
para que así confiado en Tu poderosa intercesión,
pueda algún día en el cielo,
cantar las eternas alabanzas.

Amén.

Fuentes:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *