Comboni y las misiones

San Daniel Comboni

Comboni fue un pionero cuando las misiones sobrevivían a duras penas en África. Actualmente, el 90% de los obispos y de los sacerdotes de África son nativos, y el número de católicos ha ido en aumento desde 1927.

Primera misión

Tres años después de haber sido ordenado sacerdote, en 1857, sale en su primera misión, a Sudán, con otros cuatro sacerdotes y un laico. Era el más joven del grupo. Tras un largo viaje llegaron a Jartum. Luego viajan por el Nilo hacia el sur de Sudán. Comboni ya se da cuenta de lo difícil que va a ser, pero no le importa.

Escribió a sus padres diciendo: «Tendremos que fatigarnos, sudar, morir; pero la idea de que se suda y se muere por amor a Jesucristo y por la salvación de las almas más abandonadas del mundo es demasiado dulce como para que podamos desistir de la gran empresa».

Al darse cuenta de que la forma de evangelizar África no funciona como se espera, ora pidiendo luz a Dios. Es entonces cuando, por inspiración divida, elabora el plan “Salvar África por África”. Este plan no solo involucra al clero, sino que esta vez involucra también a los laicos.

El nuevo plan

Viaja incansablemente, buscando misioneros y apoyo material para regresar a África. En este tiempo funda el Instituto de los Misioneros Combonianos, y luego la rama femenina. Al volver a África, busca vocaciones misioneras entre los mismos africanos, consiguiendo reclutar varios jóvenes, pero no todos perseveraron.

La obra que fundó, hizo una obra misionera evangelizadora enorme. Ya al final de su vida, después de haber sufrido desilusiones y sufrido física y espiritualmente, muere en Jartum, el 10 de octubre de 1881, a los 50 años.

Un legado que permanece

Su obra no ha muerto. Como todas las grandes realidades que nacen al pie de la cruz, sigue viva gracias al don que de la propia vida han hecho y hacen tantos hombres y mujeres que han querido seguir a Comboni por el camino difícil y fascinante de la misión entre los pueblos más pobres en la fe y más abandonados de la solidaridad de los hombres.

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