
La historia y el significado del honor especial que se le concedió a la primera Basílica, San Juan de Letrán.
Los días 9 de noviembre celebramos la dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán. Para muchos de nosotros tal vez esta celebración resulte, cuanto menos, curiosa, puesto que por lo general la Iglesia festeja y honra más bien la memoria de las personas (santos como San Martín de Porres, 3 de noviembre, o Santa Rosa de Lima, 30 de agosto) o acontecimientos (como la Anunciación, el 25 de marzo, o la Presentación de María en el Templo, 21 de noviembre). En este artículo te explicamos en qué consiste y cuál es el valor de esta celebración.

¿Qué es una basílica?
La palabra “basílica” viene del griego antiguo basilikè stoá, que significa “espacio real”. La denominación de “Basílica” en la Iglesia católica es un honor especial concedido por el Sumo Pontífice (el Papa) a determinados templos de gran valor para la fe. En la ciudad de Lima, por ejemplo, se encuentra la Basílica del Rosario, en el Convento de San Francisco, donde reposan los restos de los santos limeños antes mencionados. Otras Basílicas famosas de nuestro continente son el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Aparecida, en Brasil, la Basílica de la Virgen de la Candelaria en Copacabana, Bolivia, o la Basílica de Nuestra Señora del Rosario en Chiquinquirá, Colombia.
Letrán: La primera Basílica
En el siglo IV, el emperador Constantino dio permiso a los cristianos para construir templos. En esos tiempos, le fue concedido a la Iglesia un palacio que había pertenecido a la familia de Letrán para que el Papa San Silvestro lo convirtiera en templo, y su consagración se celebró el 9 de noviembre de 324. Es justamente de esta familia de donde proviene el nombre de Letrán. También es conocida como Basílica de San Juan de Letrán porque tiene dos capillas, una dedicada a San Juan Bautista y otra a San Juan Evangelista. Por su ubicación, la Basílica de Letrán es la Catedral del Papa, y por su antigüedad podría considerarse la “Madre y Cabeza de todas las iglesias de la ciudad [Roma] y del mundo”, como reza la inscripción en su frontis.

¿Por qué celebramos la dedicación o consagración de un templo?
Si bien toda capilla, iglesia, basílica o catedral son de gran valor e importancia para los creyentes pues constituyen un espacio consagrado a Dios, donde los fieles pueden reunirse para adorarle, no debemos perder de vista que, a través de los sacramentos, cada uno de nosotros se constituye templo del Espíritu Santo; por ello, celebremos con alegría la consagración de los templos, y busquemos que nuestra vida y nuestra alma, desbordantes de la pureza, la misericordia y el amor de Dios, reflejen la misma belleza de estos majestuosos templos.
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