
Marta, hermana de María y Lázaro, amigos de Jesús, es venerada como patrona de las amas de casa, cocineras, hosteleros y lavanderas.
La recordamos por el pasaje en el que Jesús llega a Betania y pasa de visita a su casa, y María, su hermana, se queda a los pies de Jesús, escuchándole, mientras Marta no deja de atender la casa.
Es ella, también, quien sale al encuentro de Jesús a la muerte de Lázaro y le dice “si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto (…) yo sé que lo que pidas al Padre, él te lo concederá”. A esto, Jesús responde “tu hermano resucitará”.
Mujer dedicada
Es evidente, por lo que leemos en el Evangelio, que Marta fue mujer responsable, dedicada a la atención del hogar, y preocupada sobre todo por atender al Maestro de la mejor manera posible. Esto hizo que se ocupara más a los quehaceres que a escuchar a Jesús en esa ocasión.
Sin embargo, este testimonio nos enseña la importancia de servir, de ponerse al servicio del otro. Ambas, María y Marta, son mujeres fieles a Jesús, a sus enseñanzas, dispuestas a recibirlo en su casa cuando él lo necesite, y a atenderlo con dedicación.
Así también nosotros debemos buscar el equilibrio al que Jesús invita a Marta, a no dejar de escuchar la Palabra, pero tampoco dejar de servir a quienes lo necesiten.
Una gran historia la de Sta. Marta , tía de Jesús y su dedicación a atender al maestro. Ignoraba estos detalle. Gracias por la información. Javier Valdivia Rojas.