«María, te doy mi corazón, haz que sea siempre tuyo».
Cuando pensamos en un santo que pueda inspirar a los niños y jóvenes, pensamos en Domingo Savio, un jovencito nacido en un pueblecito de Italia, que desde muy pequeño demostró un fervor y una fe ardientes.
Su niñez se vio marcada por dos hechos muy significativos: su primera comunión a los siete años y el encuentro con Don Bosco a los doce.
Durante su corta permanencia en el oratorio que Don Bosco había fundado para los jóvenes marginados de la región, creó lo que Domingo llamó la “Compañía de María Inmaculada”, integrada por jóvenes como él que deseaban entregarse al Señor por intermedio de la Virgen María.
Alegre y jovial, era, además de muy devoto, muy ocurrente e imaginativo para contar historias e inventar juegos, con lo que se ganó el afecto de sus compañeros.
Poco antes de cumplir quince años, enfermó gravemente de una afección pulmonar y fue enviado de vuelta a su casa, donde falleció el 9 de marzo de 1857, a pesar de los esfuerzos de los médicos por salvarlo.
Después de su muerte, Don Bosco tuvo un sueño en el que Domingo estaba adornado con una variedad de flores. Al preguntar Don Bosco por el significado de estas, Domingo le respondió: “Dile a tus alumnos que estos son los adornos que deben conseguirse para ir a la eternidad”. Las flores y su significado eran las siguientes:
- Rosas: Caridad, amor a Dios y al prójimo.
- Azucena: Pureza.
- Girasol: Obediencia.
- Espigas: Comunión frecuente.
- Genciana: Mortificación y sacrificio.
- Siempreviva: que hay que practicar todas estas virtudes siempre, sin cansarse.
Fue beatificado en 1950 por el papa Pio X, y el mismo pontífice lo canonizó el 12 de junio de 1954.
Compartimos un video sobre la vida de Santo Domingo Savio que podemos ver en familia, sobre todo con los más pequeñitos.